miércoles, 22 de octubre de 2014

ARTE POÉTICA




Letras infinitas, gritos silenciados, 
mares escondidos, hermosos bosques
con los que brutalmente, nos hemos asfixiado.

Como ignorantes anduvimos, 
reaccionando agresivos y escapando, 
sin saber que la vida es una escuela
sin diseño, en nuestro campo.

Ahora que llego a esta casa abandonada,
encuentro la lupa que me enseña
a mirar de manera diversa y compleja.

Una lupa que me lleva
por un camino distinto;
sonrío en lo perdido,
y busco en la selva mi nido de hielo.

Viento en el que reposo y me lleno de pasión, 
enloquezco, me pierdo y descubro
otro mundo, otra razón; otro amor
y otra tonalidad por cada semitono, por cada color.

Mi camino va transcurriendo 
mi visión va cambiando, 
mi vida se va complementando 
y mi corazón se va volviendo hielo;
se desarma y se arma, pero con
el viento lo sostengo.

Letras que se roba el viento, 
pero no se deshace de ellas;
me las guarda y los recuerdos
conserva, pero con cada mirada
una  visión me enseña.

Lodo se vuelve mi mundo 
ante mis manos, 
diseño ante el arquitecto, 
y ladrillos ante el maestro obrero;
edificar, vivir; crecer, formar
y en el arte con mi globo terráqueo, jugar, 
se ha vuelto mi diario vivir y mi vida noche. 

La noche en mi es permanente
y su esencia implacable, 
porque los días, minuto a minuto
se vuelven antaños en el mar.
El día, su esencia suele dejar
del viento cargar.

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